Los golpes de calor en verano

Los perros soportan peor el calor que las personas, por lo que en verano, el riesgo de sufrir un golpe de calor es muy elevado. Normalmente tenemos que estar más pendientes cuando es un día muy caluroso, o en un día de moderado calor que ha seguido a varios días calurosos consecutivos.

Un golpe de calor es muy peligroso ya que puede acabar con nuestro perro en apenas 15 minutos. Por lo que no dejarlos en el coche encerrados, procurar llevar siempre agua fresca para que beba y se refresque, ubicar su comedero o su sitio a la sombra, evitar pasear por suelos de cemento “ardiendo”… son algunas de las cosas que podemos hacer por ellos.

Los perros eliminan el calor mediante el jadeo, el sudor (únicamente a través de las almohadillas de las patas) y en zonas de poco pelo. Tenemos que pensar que nuestras mascotas no tienen la posibilidad de avisarnos ni de encender el ventilador, por lo que es nuestra responsabilidad ayudarles y estar pendientes de ellos.

Además, hay razas como los Bulldog, Carlino, o Boxer que lo pasan todavía peor con el calor (debido a su condición de braquicefalico y su dificultad respiratoria congénita). La edad, enfermedades cardíacas, el color oscuro de la piel… son otros de los factores que predisponen más al peligro del golpe de calor.

Cualquier precaución es poca para que la salud de tu perro no se resienta este verano. Recuerda, si tu necesitas agua, no haces ejercicio en las horas centrales del día y te cobijas a la sombra ¿por qué tú mascota debería hacerlo?. Si notas que tu perro tiene fatiga, no coordina bien, tiene falta de apetito, diarrea, apatía… Acude rápidamente al veterinario ya que un posible golpe de calor es una urgencia médica que necesita la revisión de un especialista.